El papa Francisco se recupera sin dejar de gobernar

El papa Francisco sigue hospitalizado en el hospital Gemelli de Roma desde el 14 de febrero debido a una bronquitis con infección polimicrobiana, a la que se sumó una neumonía bilateral. A sus 88 años, su estado de salud se mantiene estable y en evolución natural, según fuentes vaticanas.

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Aunque no está sometido a ventilación mecánica, recibe oxígeno mediante cánulas nasales. Tras el broncoespasmo del viernes pasado, su cuadro clínico sigue siendo complejo y su pronóstico reservado.

El papa ha dormido bien y sigue su tratamiento diario. No se ha informado si podrá celebrar los ejercicios espirituales cuaresmales con la Curia Romana, previstos para el 9 de marzo. Mientras tanto, continúan las oraciones por su salud en la plaza de San Pedro, donde el cardenal Robert Francis Prevost presidirá el rosario vespertino.

Por tercer domingo consecutivo, Francisco no pronunció el ángelus, aunque envió un mensaje desde el hospital, agradeciendo el apoyo de los fieles y destacando que siente la «bendición» en su fragilidad. También expresó su gratitud a los médicos y trabajadores sanitarios por sus cuidados.

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El Vaticano ha decidido no difundir imágenes del pontífice hasta que su estado de salud se estabilice más. A pesar de su hospitalización, Francisco no ha dejado de trabajar. Ha firmado decretos, nombramientos y renuncias, además de redactar la catequesis del miércoles y la carta sustitutiva del ángelus dominical.

El papa se ha reunido con sus principales colaboradores, entre ellos el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado, y Edgar Peña Parra, sustituto de la Secretaría de Estado. En sus encuentros han tratado asuntos como beatificaciones, santificaciones y la asignación de mayores poderes a la nueva «alcaldesa» del Vaticano. Sobre la reunión del domingo no han trascendido detalles, por lo que no se sabe si fue un encuentro de trabajo o una visita personal.

Pablo Garabito

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