Bye bye, Trump | Nacho Dávalos
Amigos de Tráfico, la pesadilla ha terminado… al menos por un momento. 4 años después de la llegada de Donald Trump, el mismo que calificó a los mexicanos como narcotraficantes y violadores y que presumía al mundo que construiría un muro que pagaría México, 4 años después regresó la sensatez a la Casa Blanca.
Joe Biden fue un candidato opaco. No es carismático, no irradia magnetismo, tampoco es un gran orador… pero pasará a la historia como aquel que sacó a Donald Trump de la Casa Blanca y eso ya es bastante.
El mundo vive tiempos difíciles. Tiempos de polarización. Tiempos de odio. Tiempos en que la otredad es vista como algo indeseable. Bolsonaro en Brasil, Victor Orban en Hungría, Salvini en Italia y un largo etcétera de políticos en todo el mundo que deben su popularidad a un discurso racista, antiinmigrante y cínico. Es por eso que la derrota de Trump -más allá de la victoria de Biden-, es un respiro para la humanidad.
La suma de las minorías: los afroamericanos, las mujeres, los latinos se convirtieron en mayoría y lograron una votación histórica con una ventaja de 4 millones de votos.
Pero no podemos ser ingenuos. Más de 68 millones de personas en Estados Unidos votaron por Donald Trump. Casi la mitad del país más poderoso del mundo apostó por un candidato cuyos atributos son la mentira, el odio y la ignorancia.
¿Qué pasará con los millones de personas que hoy creen que les robaron la elección? ¿Hacia dónde se encauzarán sus emociones? ¿Podrá imponerse el diálogo a la violencia?
Hay muchas heridas que sanar. Por el bien de todos, ojalá que este viraje político a la sensatez tenga un buen final. Ojalá recordemos todos que la empatía y el diálogo siempre será mejor alternativa que el odio y la violencia.
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