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Después de 10 años, el caso sigue impune  

Son más de 10 años desde que Raymundo llegó hasta el laboratorio de estudios clínicos Tolsa ubicado sobre la avenida Enrique Díaz de León marcado con el número 636 en la colonia Moderna. 

El menor tenía tan solo 8 años y luego de una negligencia médica por parte del personal salió en estado vegetativo luego de haber estado por tres meses en terapia intensiva en un hospital particular de Guadalajara.

Solamente iba a hacerse una resonancia magnética de la cual le dijeron a su madre que no había ningún riesgo, sin embargo, el anestesiólogo de nombre Santiago Benítez Ramón, le suministró anestesia que no era compatible con el pequeño Raymundo al cuál el provocó un paro bronco respiratorio dentro del laboratorio, estuvo por más de dos horas sin ser trasladado a un hospital esto fue parte de la negligencia por parte de todo el personal.

El juicio contra los responsables lleva más de 10 años y en todo este tiempo han encontrado anomalías e incluso un cambio de razón social donde el laboratorio se declaró en bancarrota para cambiar de nombre, pero mejora su instalaciones a lo largo de estos años.


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César Cuauhtémoc Cañedo sería quien lo habría mandado a su mayor tormento, ya que Raymundo vivió todos estos años en estado vegetal y siendo cuidado por sus familiares del poblado de La Noria en Zapotlán del Rey.

El pequeño Raymundo perdió la vida el pasado martes, luego de batallar por tantos años con su salud debido a esta negligencia, la cual ya ha sido comprobada en los juzgados, sin embargo, situaciones extrañas han hecho que no se dicte sentencia.

Según los familiares debido a que Álvaro Jose Antonio Escutia responde por esta empresa ha hecho lo imposible por entorpecer el caso.

“El día 2 de enero de 2014, mi hermano  acudió a este laboratorio, el Laboratorio Tolsa, ubicado aquí en Guadalajara, Jalisco, a que le realizaran una resonancia magnética emitida por el neurólogo César Cuauhtémoc Cañedo Castañeda, la resonancia magnética fue emitida para ver si el niño tenía una malformación en el cerebro y su diagnóstico fue déficit de atención con hiperactividad. Él entró caminando por su propio pie, él era un niño funcional, totalmente normal  y salió para morir en vida con un diagnóstico de muerte cerebral y en estado vegetal. Ellos se negaban a que lo sacaramos, diciendo que la sedación iba a pasar, la sedación fue aplicada por Santiago Benitez Ramón, él fue quien se la aplicó a mi hermano y lo dejó en ese estado, se negaban a que lo sacaramos”, explicó Emily, hermana de Raymundo.

Mario Baca


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