martes, 19 de marzo del 202419 de mar del 2024

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Alteraciones de sueño y descanso a consecuencia de resguardo domiciliario

Luego de la aparición del COVID-19, y de que se tomaran medidas para contener y evitar la propagación del virus en la población, expertos afirman que cada vez son más frecuentes las alteraciones de sueño y descanso a consecuencia del resguardo domiciliario.

“Es lógico que estar confinado conlleve a un cambio importante en la rutina de las personas. Entre las implicaciones están que no que nos movemos menos, hay menos gasto de energía y menos cansancio físico”, explicó Everardo Camacho, coordinador del Doctorado Interinstitucional en Investigación Psicológica del ITESO.

Añadió que el confinamiento puede provocar alteraciones en el sueño, por lo que es importante que las personas sean cuidadosas de sus periodos de descanso.

“Al haber un cambio de rutinas, se suma el temor de contraer el virus, la incertidumbre económica, y estos son factores que generan tensión, ansiedad, e inciden en el proceso del sueño, a esto se le suma la modificación de los horarios y los cambios de alimentación”, explicó .

Sin lugar a dudas el cambio de horarios, la falta de movimiento, la preocupación por la salud y la incertidumbre económica no son los únicos factores a los que se enfrentan las personas, la dinámica relacional con la familia también cambia.

“Sí, antes coincidían sobre todo en los fines de semana o en situaciones asociadas al descanso, ahora están juntos todo el tiempo y con pocas posibilidades de acceder a espacios autónomos e independientes en la casa”.

El investigador reconoció que en muchos casos no hay posibilidades de acondicionar un espacio propicio para trabajar desde casa, por lo que terminan usándose espacios que por lo regular se utilizan para actividades de descanso y distracción y esto genera situaciones de estrés y otras alteraciones.

Muchas personas padecen algún tipo de trastorno del sueño entre ellos se encuentra en el insomnio, los problemas para conciliar el sueño o para despertarse, el sonambulismo o la sensación de dormir sin descansar.

“Dormir bien es un asunto natural, o debería de serlo, pero entre el 15 y el 30 por ciento de las personas padecen algún trastorno. Esta situación se exacerba en un escenario de confinamiento”, señaló.

A esto se le añade que el confinamiento coincidió con el cambio de horario.

Algunas personas han reportado el incremento de pesadillas, debido a las situaciones referidas por la pandemia mundial y al estrés que provoca, es normal que la gente experimente sueños de persecución o tragedias.

“Hay una serie de procesos metabólicos que están asociados al sueño que ocurre mientras dormimos. Si no lo hacemos adecuadamente estos procesos se alteran y pueden derivar en problemas que se vuelven crónicos”, enfatizó.

Algunas personas tienden a recurrir al uso de somníferos o ansiolíticos para hacer el intento de inducir el sueño, aunque lo más recomendable es tomar algunas acciones concretas que ayudar a conciliar el sueño y mejorar el descanso.

“De entrada hay que hacerse de un horario fijo y respetarlo. También hay que hacer alguna actividad física, aunque es difícil por el confinamiento, hay muchas herramientas para hacerlo desde casa; es importante tener cuidado de que esa actividad física no se realice cerca de la hora de dormir y también procurar no cenar pesado. El espacio de descanso debe ser adecuado, bien ventilado y de preferencia sin televisor”, aconsejó el académico.

Isela Ibarra


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