Mensajes ambiguos confunden a la población sobre COVID-19: especialista
Los mensajes ambiguos confunden a la población sobre COVID-19, y en consecuencia se actúa con indiferencia, así lo señaló la jefa de departamento del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS), Norma Ruvalcaba Romero.
La académica precisó que, conforme avanzan los días y ante la situación sanitaria por la pandemia del coronavirus, un gran número de personas registra “emociones negativas”, debido a las pérdidas de expectativas, de trabajo, de relaciones, entre otras.
«El hecho de que nos habituáramos a la información y estuviéramos atentos en un principio, fue fundamental para conocer qué era, cómo se manifestaban los síntomas del COVID, y sobre todo, qué hacer para prevenirlo; sin embargo el consumo excesivo de información, la cual muchas veces proviene de fuentes no confiables, contribuye a generar sentimientos negativos”.
A decir de Ruvalcaba Romero, a más de 100 días de confinamiento, la población ya no sabe cómo actuar, por ello recomendó que para evitar confusiones, la población consuma información confiable solamente una vez al día, de preferencia seleccionar una fuente confiable y evitar recibir noticias por las noches, ya que esto puede generar miedo, ansiedad, perturbación y que en la mañana siguiente las personas se encuentren bajo una situación de irritabilidad.
«Se ha presentado una serie a la alza importante en la vivencia emocional negativamente, la percepción de la población sobre todo de la que ha estado siguiendo el confinamiento, ha sido que están experimentando emociones desagradables las cuales tienen que ver desde la tristeza, desesperanza, desilusión, aburrimiento».
La jefa de departamento agregó que este proceso de comportamiento ha ido cambiando, pues los primeros meses del confinamiento fueron emociones relacionadas al enojo y la frustración ante un escenario desconocido e incierto.
“Empezamos experimentando mucho miedo y tomando precauciones, pero luego al no tener personas cercanas que padecieran COVID-19, y la sobreinformación hicieron que la población se habituara y se relajara”, destacó.
Para la académica, esta situación viene a enseñarnos que las acciones individuales generan bienestar colectivo, pues el hecho de que cada quien tome decisiones (sobre el resguardo domiciliario, la sana distancia y las medidas de higiene y seguridad), generarán buenos resultados.
La ansiedad, depresión, estrés postraumático y alteraciones en el sueño se deben evitar en medida de lo posible y, en caso de sentir que las emociones se desborran, es decir que no se pueden controlar o ya afectan en la vida diaria, se debe buscar apoyo emocional.
Para que el confinamiento sea más llevadero se deberá plantear una rutina en donde se respeten los tiempos que se van a destinar al trabajo, a las actividades recreativas, a las actividades familiares y de responsabilidades, así como delimitar el tiempo dedicado al home office.
Isela Ibarra
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