Donación: un regalo de vida
«Donar es una forma de interpretar que la vida no termina ahí»: Ruth Aguilar
En nuestro país, alrededor de 20 mil personas se encuentran en lista de espera para recibir un trasplante. 10 personas mueren cada día esperando un donante. Cada 16 minutos se agrega un paciente a la lista de espera. Un donador puede salvar ocho vidas y beneficiar a 50 personas con tejidos, huesos, válvulas, tendones, piel y cartílagos
La cultura de la donación de órganos en México enfrenta retos que sólo algunas personas pueden enfrentar. Quienes se convierten en donadores llegan a ser considerados héroes, los médicos que realizan las cirugías de trasplante de órganos también se convierten en glorias de la medicina. Pero todos los días, en todo el estado, en todo el país, miles de personas realizan la labor de concientización que se necesita para solventar las necesidades.
Existen guerreros que todos los días luchan haciendo reflexionar a una sociedad que se niega a creer que algún día puede llegar a necesitar de la ayuda de alguien más, esos que todos los días acompañan a los familiares de un paciente que poco a poco se marchita, los que revisan las listas de espera con la esperanza de abrirla y encontrar cada vez menos pacientes, los que buscan convencer a través de testimonios, pláticas, charlas… Esos personajes (que son anónimos la mayoría de las veces), representan un halo de optimismo, de esperanza, de confianza en un mejor porvenir.
La psicóloga Ruth Abigail Victoria Aguilar Yáñez, egresada de la Universidad Guadalajara Lamar, se desempeñó como voluntaria en el viejo Hospital Civil de Guadalajara, posteriormente fue invitada a participar como coordinadora de donación en el mismo nosocomio, puesto que desempeñó desde 2002.
Su misión era detectar a posibles donadores entre pacientes graves que pudieran morir victimas de un paro cardíaco o por muerte encefálica. Después debía entablar un diálogo con la familia, a quienes les hacía ver la trascendencia, la importancia, la oportunidad de salvar otras vidas, a través de la que habían perdido. Paliar con el dolor, entender la situación por la que atravesaban y pensar que como ellos, había otras familias que padecían junto a su paciente una enfermedad que podía arrancarles la vida. La oportunidad de convertirse en nuevos héroes, en el cuerpo de alguien más.
Al paso de unos años de trabajo en el Antiguo Hospital Civil de Guadalajara, Ruth se integró al Consejo Estatal de Trasplantes de Órganos y Tejidos (CETOT), en donde se desempeñó impartiendo el curso de Comunicación en Situaciones Críticas.
Desde el 2006, más de 2 mil médicos, enfermeras, trabajadores sociales y demás profesionales de la salud, siguieron las habilidades de comunicación para dar una mala noticia que Ruth les compartía. La importancia del curso recae en que, según la manera en la que el médico informe a la familia sobre el fallecimiento de su paciente, se tendrá como respuesta un «sí» o un «no» a la invitación de formar parte de los héroes que salvan vidas después de haber perdido la propia.
«Donar es una forma de interpretar que la vida no termina ahí» decía Ruth.
Desde hace años, la esposa, hermana, madre, amiga, compañera… la psicóloga Ruth Águilar, tenía dispuesta la documentación necesaria para donar sus órganos «hay que estar preparados» decía.
El pasado 14 de diciembre Ruth luchó una vez más contra la muerte, luego de una operación perdió la vida. Donó sus órganos compartiendo con otras familias la expectativa de una mejor vida.
Ruth perdió una batalla, pero ganó miles más dejando como legado su aportación en la cultura de la donación de órganos donde las personas que se van, dejan vida y esperanza.