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Dominando la calle en silla de ruedas: Don Bosco Sobre Ruedas

 

Rodar en una silla de ruedas por la ciudad podría llegar a catalogarse como un “deporte extremo”, ya que se tienen que sortear piedras, basura, banquetas en mal estado, automóviles, escaleras y demás obstáculos que se encuentran dispuestos por toda la Zona Metropolitana de Guadalajara, por lo que para personas que tienen una movilidad limitada, es toda un odisea trasladarse de un lado a otro.

Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en Jalisco hay 291 mil personas con alguna discapacidad, de los cuales el 57 por ciento necesitan utilizar una silla de ruedas, en su mayoría por una lesión medular causada por un accidente de tránsito, por caídas o actos de violencia como golpes y ataques con arma de fuego.

La Organización Mundial de la Salud, estima que al año en el mundo cerca de 500 mil personas sufren una lesión medular, resaltando que los que la padecen tienen hasta cinco veces menores posibilidades de sobrevivir, ya que además de la lesión medular, pueden llegar a padecer con mucha facilidad infecciones en las vías urinarias, problemas renales, úlceras de decúbito, entre otras enfermedades que una silla de ruedas “convencional”agrava, al no estar adaptadas para las necesidades en específico de una persona lesionada.

“Esas sillas para un usuario permanente son muy malas, están hechas con una lona, tensa, que provocan que se ‘enllague’ su cuerpo, que provoca que se les deforme la columna vertebral, porque tiene unos hombros que están así con unas coderas, provocan escoliosis, provocan llagas y no permiten que tengan autonomía”, afirmó Jaime Reyes, sacerdote salesiano de Don Bosco, principal propulsor de la asociación civil Don Bosco Sobre Ruedas en el estado de Jalisco.

          Forjar un nuevo camino

 

Esta asociación nació hace siete años, después de que los sacerdotes salesianos atendieran a uno de sus miembros que por un accidente sufrió una lesión medular, a raíz de esto salieron a buscar a los jóvenes que por alguna circunstancia vieran limitada su movilidad y utilizaran silla de ruedas o necesitaran de una, una búsqueda que prevalece día con día en hospitales y calles de la ciudad para Don Bosco Sobre Ruedas.

A pesar de que Jaime Reyes no tienen ninguna discapacidad, él se traslada y hace su vida a bordo de una silla de ruedas, lo hace con tal naturalidad que pareciera que la silla se ha convertido en una extensión de su cuerpo, un claro ejemplo de que andar a dos piernas no es la única alternativa para moverse, hacer deporte, bailar y simplemente vivir de una manera integral.

Empoderar, encaminar y dar alternativas son parte de la ayuda que brinda la asociación a las personas que padecen de una lesión medular, con diversas acciones como enseñarles un oficio y emplearlos haciendo serigrafía, manualidades, galletas, bordando e incluso fabricando sillas de ruedas “activas”.

“Esta silla activa, es una silla que ha sido hecha para cada uno de acuerdo con su talla, de acuerdo con el tamaño de su cuerpo y de acuerdo con la situación de su lesión medular, la disposición del respaldo, del asiento, de lo ancho de la silla y de la ubicación del posa pies, es muy importante que los pies de la persona tengan cierto ángulo, el tobillo, la rodilla y la cadera dependiendo de cada persona en particular”, explicó el sacerdote salesiano.

Además, recalcó que gracias a un proyecto llamado TAS (Tecnología para la Autonomía y la Salud), personas que sufren de una lesión medular pudieron aprender a construir sillas de ruedas económicas ya que una silla de estas características puede llegar a costar más de 80 mil pesos.

          Aprendiendo a rodar

 

Una silla de ruedas activa es muy distinta a una silla médica convencional, en primer lugar, no tiene posa brazos, ni asas para empujar, los posan pies son pequeños, las llantas son más grandes, más anchas y están acompañadas por dos ruedas más pequeñas que ayudan a dar balance ya que el respaldo y el asiento hacen un eje movible, característica que hacen que una persona se impulse y se pueda mover por sí misma por una ciudad que no está 100 por ciento adaptada.

“Es una silla que no se le puede ofrecer a una persona así nada más porque es riesgosa, sus llantas van más delante de lo normal y eso hace que la silla se pueda levantar en las dos llantas grandes y las llantas pequeñas de adelante les permitan subir rampas, subir escaleras, bajar, como no está accesible la ciudad bajar sin banquetas aún sin rampa, cosa que no lo logran todos, pero algunos lo logran y muy bien” aseguró Jaime Reyes.

El cambio de usar una silla de ruedas médica a una silla activa es un proceso que requiere de esfuerzo físico, práctica y dedicación, un camino en el que asisten gustosos los entrenadores voluntarios de Don Bosco Sobre Ruedas, ellos los enseñan a mantener el equilibrio, a rodar, a subir y bajar una rampa, una banqueta e incluso las escaleras, con el fin de que una persona con una lesión medular tenga autonomía.

“Varios de nuestros amigos hoy vienen desde La Mesa Colorada, vienen desde lugares lejanos en autobús y lo logran sin problema, el macrobús espléndidamente, de repente en alguna ocasión hay problema para bajar alguna de las estaciones de la línea del tren ligero sobre todo si van varias personas, sin embargo, vemos los avances en movilidad en la ciudad, los aplaudimos y promovemos con nuestro estar fuera, nuestro estar en la calle, con nuestro aprender aunque no haya rampa a pasar esa banqueta, promovemos el ganar espacios con la movilidad”, puntualizó el sacerdote siciliano Jaime Reyes.

En el marco del Día Internacional de las Personas con Discapacidades, conmemorado este 3 de diciembre, los miembros de Don Bosco Sobre Ruedas, no ven limitantes por la falta de infraestructura incluyente de la ciudad, para algunos de ellos usar silla de ruedas es el equivalente a usar lentes y aseguran que una discapacidad no es un obstáculo que no se pueda sortear a dos ruedas.

GM