Amenaza silenciosa para el medio ambiente

El impacto ambiental de los globos chinos suele pasar desapercibido, pero representa un problema serio. Cuando estos globos se sueltan o terminan en la naturaleza, tardan muchos años en degradarse, liberando poco a poco residuos plásticos y compuestos químicos que contaminan el suelo, el agua y el aire.

Además, muchos animales confunden los fragmentos con alimento. Es frecuente que tortugas marinas, aves o peces ingieran pedazos de globo al confundirlos con medusas u otros organismos, lo que puede causarles asfixia, obstrucción intestinal o incluso la muerte.

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Pero el riesgo no termina ahí. Aun cuando los globos no se suelten al aire, sus materiales —ya sean de látex sintético, plástico o metalizados— suelen carecer de certificaciones ambientales que garanticen su biodegradabilidad o ausencia de contaminantes tóxicos. Esto significa que, incluso al desecharlos correctamente, pueden continuar liberando microplásticos y pigmentos dañinos durante años.

Por eso, los expertos recomiendan optar por alternativas ecológicas, como globos fabricados con látex natural certificado o decoraciones reutilizables, que reduzcan la huella ambiental de las celebraciones.

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