«Calita» y Gutiérrez pierden el triunfo en la Nuevo Progreso

Se llevó a cabo la séptima corrida de la temporada de octubre en la plaza de toros Nuevo Progreso de Guadalajara. Toros procedentes de la ganadería de Teófilo Gómez que fueron desiguales en juego, destacando los dos correspondientes al matador hidrocálido Héctor Gutiérrez así como el segundo del lote de Ernesto Javier «Calita».

Abrió Plaza el matador español Alejandro Talavante, quien lidió con lo peor de la tarde: dos toros descastados y sin opciones a los que nada pudo hacer mostrándose por encima de las condiciones de sus ejemplares. Aunque voluntarioso y echando mano de su técnica, los burles no tenían un pase y el matador ibérico se tuvo que ir en blanco y entre un notable silencio.

El segundo en la tercia fue el triunfador de la actual temporada, Ernesto Javier «Calita», quien llegó a esta segunda tarde con un triunfo a cuestas de cuatro orejas y un rabo.

El matador capitalino salió a por todas, y con el toro que prometía un triunfo grande lamentablemente las opciones para salir con las orejas se le fueron de las manos, luego de que el ha astado rematara en un burladero y se rompiera un pitón.

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Con el segundo de su lote «Calita»estuvo en plan grande, ante un toro que tuvo buen fondo de bravura y con el que cuajó tandas lentas, templadas y largas tanto con la diestra como al natural. Conectando con los tendidos y reconociéndole la afición su labor, el capitalino estuvo a punto de cortar las dos orejas de no haber sido por su fallo con la espada que le arrebató el triunfo.

Lo mismo ocurrió con Héctor Gutiérrez quien regaló dos faenas importantes y de fuerte calado con los dos de su lote. El hidrocálido sorteó con los dos mejores toros del encierro, con los que sin problema alguno pudo haber conseguido la puerta grande, sin embargo las fallas con la espada le arrebataron toda posibilidad de triunfar, aunque dejó muestra de su evolución, sitio y oficio que a lo largo de su corta trayectoria como matador ha conseguido.

Así concluyó la séptima corrida del serial, que aunque no tuvo orejas, si dejó por lo menos tres faenas importantes que hicieron que la afición de Guadalajara saliera de la plaza con un buen sabor de boca.

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