¿Se está perdiendo el derecho a habitar la ciudad? El debate sobre alquileres temporales en Guadalajara

Guadalajara entra a un debate que ha generado polémica: ¿hasta dónde deben permitirse las plataformas digitales de alojamiento temporal? Diputados locales, colectivos ciudadanos y especialistas coinciden en que se requiere normativa clara para frenar los efectos de la turistificación, la especulación inmobiliaria y la pérdida de identidad vecinal.
En recientes mesas técnicas impulsadas por la diputada Mariana Casillas Guerrero, se ha planteado el establecimiento de padrones para propietarios y plataformas como Airbnb, además de límites en el número de noches al año que estos inmuebles pueden operar, diferenciando entre zonas de alta presión turística y áreas más residenciales. Estos días límite propuestas —como 90 hasta 180 noches— ya han sido reportadas por medios como Líder Empresarial y La Evidencia. 
Vecinos de colonias como Americana, Lafayette y el Centro Histórico aseguran que miles de anuncios digitales han encarecido los alquileres tradicionales y desplazado vecinos permanentes. Este fenómeno de “turistificación” ha sido documentado por medios locales como NTR Guadalajara, que advierten cómo cambia la dinámica social cuando viviendas de uso residencial son absorbidas por la renta de corto plazo.
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Una de las propuestas más llamativas es la creación de un fondo comunitario, alimentado con un porcentaje de las ganancias de las plataformas, para financiar vivienda pública y mejorar equipamiento urbano. También se ha hablado de sanciones para los que operen sin registro o que violen los topes de noches permitidas, así como de medidas fiscales —como impuestos para viviendas deshabitadas— que podrían desincentivar el uso especulativo del parque habitacional. 
Hay dudas, sin embargo, sobre la capacidad regulatoria del Estado para imponer algunas de estas medidas, sobre todo en lo que se refiere al cumplimiento, fiscalización y los retos legales que implican. Colectivos han pedido que la voz de los vecinos quede plasmada no solo en las mesas de trabajo, sino en el dictamen final, para evitar leyes que favorezcan grandes inversionistas o plataformas por encima del interés comunitario. 
El dilema no es si regular, sino cómo hacerlo para que Guadalajara siga siendo ciudad para quienes la habitan y no solo espacio para quienes la visitan. Las decisiones que se tomen en las próximas semanas definirán si la vivienda se mantendrá accesible para residentes y estudiantes, o si se convertirá en un lujo efímero bajo el amparo del turismo digital.
@Veletti
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