Ernesto Lumbreras reinventa la vida de John Luther Stephens

«Vals para lobos y pastor», de Ernesto Lumbreras, es una novela que transita entre la ficción y la historia. La madrugada del 2 de marzo de 1874, lincharon al pastor protestante galés John Luther Stephens en Jalisco, ya que intentaba establecer una iglesia protestante. Este suceso histórico, que con el tiempo fue olvidado por muchos, se convirtió en una fuente de inspiración para el escritor.
La novela está ambientada entre 1840 y 1870 en escenarios que van de Gales a Nueva Orleans, California, Guadalajara y Ahualulco de Mercado. Su protagonista se convierte en un personaje ficticio para explorar su vida más allá de los hechos conocidos.
Ernesto Lumbreras creció en el pueblo sin conocer la historia, hasta encontrarla en ediciones viejas de “El Informador”.
El asesinato no solo impactó a nivel local, sino que también involucró a los gobiernos de México y Estados Unidos; de hecho, incluso décadas después, el gobierno estadounidense continuaba solicitando una indemnización por el crimen. Lumbreras recopiló documentos de distintas perspectivas: la iglesia protestante, la cancillería del gobierno de Lerdo de Tejada y la defensa del sacerdote católico acusado de instigar el crimen. En 2024, al cumplirse 150 años del linchamiento, presentó su investigación en el pueblo.

¡Sí Jalo! (SJ). No es la primera vez que abordas a John Luther en tus escritos…

Ernesto Lumbreras (EL). En Ahualulco hicimos un libro de microhistoria. Mi hermana Leticia Lumbreras, quien dirige una librería —un proyecto quijotesco—, es la responsable de una colección llamada Cuadernos de la Parota. En el número cinco de esta serie dedicamos una investigación documental al crimen ocurrido hace 150 años en Ahualulco. Publicamos las tres versiones de ese suceso: la de la Iglesia Congregacional, la de la Iglesia Protestante y la versión que ofreció el gobierno de México a través de la cancillería.
El crimen sucedió un 2 de marzo, y lo presentamos en un espacio público de Ahualulco, en el Portal Juárez, como una especie de expiación comunitaria para abordar un tema que era tabú en el pueblo.

SJ. En el libro fusionas la realidad con la ficción.

EL. Así es. Es una novela de aventuras, de viaje, de iniciación, donde el sustrato de la fantasía es primordial. Aunque las coordenadas históricas están plenamente documentadas, la ficción predomina en la narrativa y en el tratamiento.
El parecido entre el John de ficción y el histórico solo coincide en su desenlace. Como historiador, al carecer de información sobre la infancia y juventud de este muchacho nacido en Inglaterra, aproveché la libertad del novelista y le inventé esos pasajes.

SJ. Este libro obtuvo el Premio de Novela Breve Rosario Castellanos. ¿Qué significa para ti este reconocimiento?

EL. Significa, para empezar, que tuve tres lectoras: las dictaminadoras. Fueron 120 novelas las inscritas en el certamen. Una de las jurados me dio confianza sobre un aspecto del que dudaba: el elemento fantástico. Me comentó que el fallo fue unánime y que coincidieron rápidamente en destacar ese elemento.
Había eliminado un capítulo importante porque tenía mis reservas, pero cuando Magali Velasco, una de las jurados, me aseguró que le había gustado esa parte, decidí reincorporarlo. Es la sección intermedia, que trata sobre la resurrección después de una masacre. La novela es un western con guiños al cine de Clint Eastwood y Sergio Leone.

Pablo Garabito