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Mariana Palova, la evolución de una heroína trágica

La soledad ha tenido un impacto significativo en la vida y obra de la escritora jalisciense Mariana Palova. Aunque ha aprendido a manejarlo con el tiempo, aún es una parte inherente de su identidad. La autora de “La Nación de las Bestias”, cuya tercera entrega es “Luna de hueso”, acepta la soledad como una oportunidad para crecer y desarrollarse, viéndola no solo como algo negativo, sino como una forma de convertirse en una «heroína trágica», un arquetipo que le resulta inspirador. De esto y más hablamos con la autora, una personalidad muy querida y reconocida en la literatura juvenil, especialmente entre los fans de la fantasía.

¡Sí Jalo! (SJ). Mariana, te gusta hacer llorar a las personas, ¿verdad?

Mariana Palova (MP). Definitivamente sí, creo que esa es la receta para mi juventud.

SJ. ¿Pero lo haces conscientemente? ¿Así fue cuando empezaste a escribir la saga?

MP. Uno de mis arquetipos favoritos para trabajar es la tragedia, que conlleva ser un héroe. Crecí con series; nunca fui una niña Disney, la verdad. Crecí con otro tipo de historias, con mitología y este tipo de cosas que me ayudaron mucho a formarme como escritora. Siempre he estado en contacto con la tragedia que conlleva el heroísmo.

SJ. Supongo que has tenido tus propias tragedias; también eres una heroína.

MP. Sí. He tenido una vida que ha tenido muchos altibajos, pero muchos, y eso me ha enseñado un montón de cosas. Creo que la única forma en la que he podido superar esos altibajos es gracias a la escritura.

SJ. ¿Desde los 13 comenzaste a tener conflictos?

MP. ¡Desde los 5! Siempre me ha costado mucho socializar con las personas y la soledad ha sido un recurrente muy marcado en mi vida. Mi incapacidad de hacer amigos, de estar en contacto con otras personas, es algo que he ido puliendo con el tiempo. Pero definitivamente la soledad está muy marcada en mí.

SJ. Dice Raúl Bañuelos que la soledad se disfruta mejor en compañía.

MP. Más bien es cuando te sientes más solo; cuando estás rodeado de gente, pero sabes que en realidad no tienes a dónde ir.

SJ. ¿Y qué te dices cuando estás con esos pensamientos oscuros? ¿Cómo sales a flote?

MP. No, creo que ya no son tan oscuros. Ahora estoy aceptando que es una parte inherente de mí y que también tengo que amar el hecho de estar conmigo misma. Antes implicaba algo negativo; ahora lo veo como una oportunidad para crecer, una oportunidad para ser esa heroína trágica que tanto me gusta.

SJ. Si pudieras regresar en el tiempo, ¿qué consejo darías a esa niña encerrada en su cuarto con sus inseguridades?

MP. Más bien le pediría un consejo a ella, ¿sabes? Quisiera recuperar un poco de esa chispa que es crear por crear, que es dibujar por dibujar, escribir por escribir. Ahora todo es diferente; cuando ya estás publicada con una editorial, ya tienes un trayecto, ya tienes un público, ya hay expectativas sobre tu trabajo… Hay una expectativa que tienes que cumplir con la editorial, con el público, contigo misma; que las ventas, que la distribución, la promoción, todo este tipo de cosas. Y cuando era esa niña de 5 años, cuando era esa Mariana Palova de 13 o la de 20 que escribió por primera vez “La nación de las bestias”, eso no existía. Lo único que quería Mariana Palova en ese momento era crear y ya está. Entonces, me gustaría regresar en ese tiempo y preguntarles cómo recuperar eso.

SJ. Cuando te auto-publicaste, ya eras perfeccionista, obsesiva y, tal vez, muy cuadrada. Con lo que me cuentas, me imagino que ahora la escritura la padeces al doble.

MP. Sí, claro. Algunos de mis compañeros escritores no lo entienden, pero yo nunca disfruto escribir. Para mí, escribir es una cuestión de estrategia; es algo muy metódico. Puedo pasarme hasta un año documentándome solo para escribir un libro. Y todo eso conlleva un enfrentamiento. También siento que la escritura para mí es una terapia. No te sales riendo de terapia, ¿verdad? Es una cosa muy fuerte. Creo que una de mis cosas favoritas de escribir es cuando ya terminé el libro.

SJ. Tienes un mapeo, una forma de trabajar. El hecho de que te presionen los jefes, los fans, suena bastante estresante.

MP. Es muy estresante, definitivamente. Sobre todo porque estamos en un mundo editorial súper competitivo en el que se le exige a los autores ya no ser autores, sino ser objetos de consumo. Tienes que sacar un libro cada seis meses, tienes que hacer esto, tener esto y aquello para que sea comercialmente viable. No me gusta seguir ninguna de esas reglas. Y siempre te quedas con la duda de si no hiciera las cosas como el mercado me dice que tengo que hacerlas, la gente me va a olvidar.

SJ. Obviamente no nos adelantarás nada de la cuarta parte de “La nación de las bestias”, pero ¿cómo te sientes en el proceso?

MP. Es una sensación muy ambigua porque estoy muy feliz de pensar que ya pronto voy a terminar mi saga. Tengo desde el 2017 con “La nación de las bestias”. Será muy difícil soltarlo. Los personajes han estado conmigo un tercio de mi vida. Pensar en nuevos proyectos es muy angustiante, pero creo que estoy muy dispuesta a empezar una nueva etapa de mi vida.

SJ. ¿Cuándo terminaría la saga?

MP. No puedo decir mucho al respecto, pero son cuatro libros principales de la saga. Tenemos el spin-off y eso es lo único que puedo decir.

 

Pablo Garabito

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