Violenta Frontera Vertical – Eduardo González
El 22 de enero pasado fueron encontrados 19 cuerpos calcinados en el ejido Santa Anita, municipio de Camargo, Tamaulipas.
Hasta el momento han sido reconocidos 16 hombres y una mujer. Existe la hipótesis que al menos 12 de ellos podrían ser guatemaltecos.
Frente a esto, no podemos dejar de recordar las masacres de San Fernando, en 2010 y 2011, cuando fueron asesinados 72 migrantes y 193 personas la mayoría migrantes respectivamente, y la de Cadereyta, Nuevo León (2012), donde fueron asesinados 49 migrantes.
Tampoco podemos olvidar que México continúa siendo una violenta Frontera Vertical para las miles de personas migrantes centroamericanas que quieren atravesar nuestro país para llegar a EU.
México sigue significándose como la territorialidad migratoria más violenta del planeta.
Es cierto, que al inicio de la 4T la política migratoria cambió para tratar de humanizar el proceso migratorio de los centroamericanos, pero también lo es que rápidamente cambió debido a las presiones del gobierno de Donald Trump.
Hoy en la Casa Blanca hay un nuevo presidente, y a pesar de que Joe Biden ha comenzado a cambiar algunas disposiciones del gobierno de Trump, no podemos decir que el futuro de los migrantes esté garantizado en la Unión Americana, de hecho, el gobierno estadunidense en voz de Roberta Jacobson, ex embajadora de EU en nuestro país, reiteró el llamado a los migrantes para que en estos momentos no busquen llegar a su frontera sur e intentar cruzar porque la frontera está cerrada.
Mientras, las condiciones estadunidenses lo permiten y pueden ingresar algunos migrantes centroamericanos a pedir asilo, México continuará siendo Tercer País Seguro donde se encuentran 70 mil migrantes esperando respuesta de EU.
Es urgente que el gobierno de AMLO aclare lo sucedido en Camargo, Tamaulipas, dejar de criminalizar la migración centroamericana, retire la Guardia Nacional que hace las veces de muro humano para evitar el paso de migrantes, y garantice la seguridad y el respeto a los derechos humanos de los centroamericanos que ingresan y atraviesas nuestro país.