‘Mickey 17’, ciencia ficción con sátira política y humor absurdo

“Mickey 17”, la nueva película de Bong Joon-Ho, se inscribe más en la línea de “Okja” o “El huésped” que en la célebre “Parásitos”. Se trata de una comedia de ciencia ficción con una fuerte carga crítica hacia la sociedad tecnológica. Los humanos han perdido su lugar y se han convertido en piezas reemplazables. 

En el año 2057, la humanidad alcanzó el punto en que puede «replicar» a sus individuos a voluntad. Esto los vuelve sacrificables en nombre del progreso y la supervivencia.  

Desde el inicio, el filme nos presenta a Mickey en su versión número 17, lo que indica que ha muerto y renacido varias veces. Sin embargo, no es sino hasta pasados unos treinta minutos que la historia da un giro. Explica cómo se ha llegado a esta distopía en la que la vida humana ha dejado de ser esencial. En este contexto, Bong Joon-Ho construye una narrativa que trasciende la ciencia ficción tradicional y se adentra en la sátira política.  

Como en “Invasión”, “Mickey 17” no es solo una película de aventuras futuristas, sino una fábula sobre los peligros del autoritarismo y la manipulación política. La cinta está impregnada del humor característico del director, que combina lo absurdo con lo crítico. Robert Pattinson, en el papel de los distintos Mickeys, logra transmitir con gran destreza la resignación de un personaje acostumbrado a morir y renacer. Su interpretación añade matices a la historia, sobre todo cuando, constantemente, enfrenta la pregunta que tanto detesta: «¿Qué se siente al morir?».  

Junto a Pattinson, destaca Mark Ruffalo en el papel de un político que evoca a figuras del poder estadounidense actual. Su actuación es enérgica y completamente entregada a la sátira. Por su parte, Toni Collette brilla como la primera dama de este nuevo orden, aportando un personaje astuto y lleno de matices.  

Con “Mickey 17”, Bong Joon-Ho reafirma su capacidad para mezclar géneros y llevar la ciencia ficción más allá de sus límites convencionales. La película no solo entretiene con su humor y su original premisa, sino que también impulsa la reflexión sobre el papel del ser humano en un mundo donde la tecnología y el poder lo controlan todo.

Pablo Garabito