8M del terror

Era sábado 8 de marzo, día en que centenares de mujeres jóvenes, madres y hasta niñas salieron a las calles a alzar la voz en contra de la violencia de la mujer.
Madre e hija, nunca se imaginaron que ese día de lucha, perderían la vida en manos de un feminicida.
Dos días tuvieron que pasar para que Lili y su pequeña hija Keyla, fueran descubiertas muertas en la recámara y en el baño.
Era lunes por la tarde, cuando la abuela de Lili acudió al departamento acompañada del papá de Keyla y del bebé que venía en camino. Estaban preocupados de no haber tenido ninguna comunicación con Lili todo el fin de semana.
Llamaron a la puerta pero nadie respondió, se dieron cuenta desde la ventana que la casa estaba desordenada, así que sin pensarlo, buscaron la manera de entrar, pues presentían mal augurio.
Cuando lograron ingresar al departamento, su mirada se llenó de miedo, incertidumbre, e impotencia, Lili estaba tirada en la cama, llena de sangre, con huellas de puñaladas, una de ellas en el cuello. Y cuando se acercaron al baño, la historia de terror no había terminado, ahí estaba la pequeña de 8 años, en la regadera, desnuda, en un charco de sangre y con heridas de muerte provocadas con un cuchillo.
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Las investigaciones con los vecinos apuntaron a que el asesino, era un ex novio de Lili, un sujeto que llevaba años acosándola, buscándola y molestándola.
Los familiares confirmaron que ese sujeto era un peligro para Lili, pues constantemente acudía drogado a discutir con ella por celos, y consideraron que al enterarse de que estaba embarazada decidió cometer ese acto.
CASO ASTRID Y SU HIJO, AÚN IMPUNE
Marzo ha sido un mes rojo con multihomicidios en la ZMG, otro caso similar se vivió el día 3, en Capital Norte de Zapopan.
Eduardo Granados Palma era un asesino serial y Astrid Cruz no lo sabía. Ella le había permitido entrar a su casa, convivir como su pareja con sus dos hijos: Fer de 16 años y una pequeña de 10 años.
Según las investigaciones, Eduardo habría querido engañar a amigas y familiares de Astrid, enviando mensajes desde su celular para hacerles creer que aún estaba viva.
Una de las líneas de investigación, apunta que Granados Palma habría planeado el asesinato de Astrid y su hijo tal como mató a una joven que era su prometida, con la que vivía en Sinaloa en el 2004.
Este feminicida sigue prófugo de la justicia, a pesar de que ya tenía los antecedentes, y habría cumplido una condena de varios años en la cárcel por el primer asesinato.
Colectivos feministas siguen haciendo presión mediática para obtener justicia por Astrid y Fer. En respuesta el gobernador de Jalisco, Pablo Lemus, ha dicho que se están empleando todos los recursos para capturar al asesino.
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