Tarde apoteósica para Diego San Román

Por fin llegó el triunfo grande a la Plaza de Toros Nuevo Progreso en su temporada de reapertura. Una tarde de cinco orejas y un gran triunfo para el queretano Diego San Román fue lo cosechado hoy en la sexta corrida del serial.
Al ruedo tapatío saltaron seis ejemplares de la lidia ordinaria. Cinco de ellos eran procedentes del hierro de Villa Carmela y uno más que entró en sustitución perteneciente a la ganadería de Boquilla del Carmen. En su conjunto, fueron toros bien presentados. Acusaron edad y trapío, y en su mayoría permitieron el toreo para los tres en el cartel.
El triunfo grande fue para Diego San Román, quien ofreció una tarde para la historia de la Plaza de Toros Nuevo Progreso. El queretano implementó un toreo honesto, con verdad, valor y pisando terrenos comprometidos. Se entregó en una primera faena en la que se ciñó con tandas por la derecha, así como al natural, a un astado cinqueño al que sometió para, finalmente, despacharlo de pinchazo y entera en sitio, lo que le valió su primera oreja.
El clímax de su presentación llegó con el sexto de la tarde. Fue un toro al que se impuso y con el que fincó una faena de principio a fin que penetró de inmediato en los tendidos. Al grito de “¡Torero, Torero!”, San Román terminó con el público a sus pies. Después de una emotiva y entregada faena, remató con una estocada en todo lo alto. Esto le valió las dos orejas y, también, su salida a hombros por la Puerta Grande.
Por su parte, Andrés Roca Ray dio cátedra de maestría con su primero en turno. Fue un toro que le permitió el toreo largo. Se embraguetó al de Villa Carmela con tandas, principalmente por la derecha, que el público coreó fuerte. Remató con entera en sitio que le valió la única oreja que pudo cosechar durante la tarde. Con el afán de también conseguir la puerta grande, el peruano echó mano del toro de regalo. Sin embargo, el astado fue complicado y pronto desarrolló sentido y, aunque Roca Rey estuvo entregado, finalmente no pudo concretar la faena.
Finalmente, para el también queretano Octavio García «El Payo», fue una tarde complicada debido a la travesía que tuvo que enfrentar con su primer toro. Sencillamente, no pudo acomodarse en muleta y falló en repetidas ocasiones con el estoque, lo que resultó en un aviso.
Octavio enmendó la plana con el segundo de su lote, astado al que tuvo que inventarle una faena de poder. Se peleó con él para poder arrancar lo poco que tenía de embestidas. Poco a poco fue penetrando más en la afición y remató con una estocada entera en sitio que le valió un trofeo.
De esta manera, la temporada de reapertura en el coso de la Monumental llegó a la mitad. Aún quedan cinco tardes más por delante en las que, por cierto, se incluyen a toreros tapatíos y la máxima figura del rejoneo mundial, Pablo Hermoso de Mendoza.
Edgar Flores