Enrique Planas: Conexión entre dolor, escritura y éxito literario
El escritor y periodista Enrique Planas es un claro ejemplo de cómo las experiencias personales pueden moldear la narrativa y el estilo de un escritor. En entrevista, comparte sus reflexiones sobre el impacto de su vida en su escritura; revela cómo el dolor y la pérdida han sido fuerzas motivadoras en su proceso creativo.
El pretexto para la charla: la reedición de su primera novela «Orquídeas del paraíso». Fue publicada en 1996 y reconocida en su versión escénica con el Premio del IV Festival de Teatro Peruano Norteamericano.
¡Sí Jalo! (SJ). ¿Qué piensas cuando te informan sobre una reedición?
Enrique Planas (EP). La verdad es que no estoy pendiente a que se reediten los libros. Es el lugar común decir que los libros son botellas echadas al mar. Es decir, tú no sabes dónde llegan. Algunos se quedan a semanas de ser publicados y otros te siguen dando sorpresas después de muchísimo tiempo.
Me parece una súper sorpresa que la persona que me presenta este libro lo hizo hace 26 años y a partir de ahí fuimos grandes amigos. O que Alberto Fuguet, quien fue una de mis primeras amistades literarias, escriba algo que me ayuda a iluminar muchísimo mi propia lectura, mi vocación y mi trabajo.
SJ. ¿Te esperabas la respuesta de esta novela, que fue un desahogo por la muerte de tu padre?
EP. No, no debería ser una sorpresa, porque la escribí queriendo contarlo todo, por usar el título de la novela de un amigo. Lo único que puedo sentir es agradecimiento, porque hay mucha gente que siente empatía o se siente identificada por la historia de mi protagonista. Creo que tiene que ver un poco con la falsa modestia del lugar común del escritor que dice “me sorprende por tal cosa…” ¿Por qué escribes? Escribes porque quieres golpear. Si esta novela ha golpeado un poquito, está haciendo lo que uno quiso hacer con ella. Más bien, uno se siente contento y satisfecho.
SJ. ¿A qué le atribuyes que haya tocado a los lectores?
EP. Ese sí es el gran misterio, porque muchas veces, si quisieras volver a hacerlo, no lo vas a poder hacer. Siempre las razones por las que una historia conecta son misteriosas. Y tiene que ser así, ¿no? Esta novela la escribí con cierta furia, con el dolor de la pérdida y sin vergüenza; con esta palabra me refiero a no temer al qué dirán, pero a la vez también de la actitud de la persona que se zurra en todo, cosas que solamente haces tú cuando tienes 20 y tantos, porque después, naturalmente te vuelves un poco conservador. Y creo que esa impertinencia sintoniza con la impertinencia común de todos. Todos quisiéramos poder gritar.
SJ. A tantos años de distancia, si la vuelves a leer, ¿qué sientes? ¿Ves al mismo joven dolido, frustrado?
EP. Es que no la he vuelto a leer. Lo que he leído, por ejemplo, es el prólogo, que me conmueve mucho porque es el testimonio de un amigo. La verdad, no leo mis novelas. Las publico y cierro el ciclo. No los leo por miedo a llevarme una decepción, pero también porque no me gusta repasar lo ya hecho. Releo mucho un inédito. Me paso la vida releyendo y corrigiendo los textos que no he publicado. Y cuando los publico es no volver a verlos. Creo que la reescritura es un espacio creativo dentro del proceso de la redacción de la historia que estás contando en ese momento.
Además de la tercera edición de «Orquídeas del paraíso», Enrique Planas continúa promocionando “Chicas Bond”, novela en la que James Bond y el manga se encuentran. Además, está preparando textos breves sobre objetos obsoletos para su nueva publicación.