‘Pedro Páramo’ entra al Top 10 Global de Netflix
En su debut en Netflix, la película “Pedro Páramo”, dirigida por Rodrigo Prieto, se convirtió en un fenómeno internacional. A solo cinco días de su estreno, alcanzó el tercer puesto en el Top 10 Global de películas de habla no inglesa; logró 3.9 millones de vistas. Esta ambiciosa adaptación de la novela de Juan Rulfo no solo captura la esencia de Comala, sino que revela un fascinante proceso detrás de cámaras.
Prieto, conocido por su trabajo en grandes producciones como “Los asesinos de la luna” y “Barbie”, asumió la dirección mientras trabajaba en estos proyectos. “Mi mente estaba entre esas dos películas. Tal vez por ello no dudé mucho en aceptar este enorme reto, si lo hubiese pensado más, tal vez hubiera titubeado”, confesó. Su enfoque en la iluminación fue especial, con escenas entre Juan Preciado y Eduviges iluminadas exclusivamente con velas, requiriendo incluso velas de doble pabilo para lograr el ambiente adecuado.
El trabajo colaborativo con el director de fotografía Nicolás Aguilar, quien ya había trabajado con Prieto en “Los asesinos de la Luna”, fue clave. Ambos enfrentaron desafíos técnicos, especialmente en escenas nocturnas. Lograron una narrativa visual que honra la atmósfera sombría y mágica de la obra de Rulfo.
Un aspecto curioso es que el guion, escrito por Mateo Gil, tiene una historia de dos décadas. Gil lo escribió tras obsesionarse con la novela a los 19 años. Originalmente pensó en dirigir su propia versión, inspirado en la conexión que sentía entre el relato de “Pedro Páramo” y su ciudad natal en Gran Canaria.
La producción también incluyó un riguroso trabajo de vestuario bajo la dirección de Anna Terrazas. Su equipo vistió a unos 800 extras en 15 semanas. Se basaron en investigaciones de época para los estilos y telas, aunque tuvieron que imaginar los colores, ya que las referencias de la época eran en blanco y negro. Este detallado esfuerzo ayudó a dar vida a Comala y sus fantasmas en pantalla.
Prieto también optó por efectos prácticos para lograr mayor realismo. Un ejemplo es la escena donde un personaje se convierte en lodo usando efectos físicos en lugar de digitales. Además, el maquillaje y los prostéticos fueron fundamentales para mostrar el paso del tiempo. El personaje del actor Héctor Kotsifakis envejece drásticamente a lo largo de la historia. Este proceso tomó inicialmente siete horas y se redujo a cinco gracias al equipo de maquillistas.
La producción de “Pedro Páramo” no solo ha impresionado por su calidad visual, sino por la magnitud de su operación. En San Luis Potosí, donde se filmaron muchas escenas, la película movilizó a más de 2,500 trabajadores locales y 900 extras, generando más de 14,900 noches de hotel. El resultado es una adaptación que, como la obra de Rulfo, está destinada a convertirse en un clásico cinematográfico.
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