Demasiada azúcar y grasa dañan el cerebro
El exceso de azúcares y grasas saturadas comprometen desarrollo de funciones cerebrales, advirtieron especialistas de la Universidad de Guadalajara (UdeG) durante la Semana Internacional del Cerebro 2024.
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Una dieta desequilibrada tiene consecuencias en el cerebro, afectando principalmente el aprendizaje o la memoria, pues el consumo excesivo de alimentos altos en azúcares y grasas saturadas puede provocar inflamaciones en el cuerpo, principalmente en este vital órgano.
Este patrón de consumo es el que se observa en la denominada Dieta occidental, declaró la doctora Ana Laura Márquez Aguirre en el inicio de la Semana Internacional del Cerebro 2024, en el Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías (CUCEI) de la UdeG.
En la charla “Impacto de las dietas altas en grasas saturadas y azúcares simples en la función cerebral”, Márquez Aguirre, investigadora del Centro de Investigación y Asistencia en Tecnología y Diseño del Estado de Jalisco (Ciatej), compartió las consecuencias que una alimentación desequilibrada provoca en el cerebro.
Explicó que la Dieta occidental es aquella rica en alimentos procesados y refinados, carnes rojas, azúcares añadidos, grasas saturadas y trans, y es baja en frutas, verduras, cereales integrales y frutos secos.
Detalló que las frutas y verduras son ricas en azúcares simples; sin embargo, existen otros alimentos que son ricos en azúcares añadidos (como el jarabe de maíz alto en fructosa), que pueden provocar un aumento en grasa abdominal, hígado graso o resistencia a la insulina.
Por otra parte, las grasas saturadas son aquellas que provienen de alimentos de origen animal o de otras fuentes como el aceite de coco. Estos tipos de alimentos además de causar inflamación, también provocan un proceso llamado neuroinflamación, que se caracteriza por una disfunción en las mitocondrias de las neuronas y un deterioro en las funciones cognitivas, mencionó Márquez Aguirre.
Refirió que la inflamación provocada por una alimentación desequilibrada compromete las funciones de las neuronas, como la creación de nuevas células cerebrales o la oxidación de éstas. “Vamos a tener un daño estructural en la neurona, en el número y en la función de las neuronas”, advirtió.
Consideró que para evitar este daño neuronal es necesario llevar una vida con ejercicio constante y una alimentación más orientada hacia la Dieta mediterránea, que prioriza una alimentación alta en verduras, frutas, granos, cereales y aceite de oliva.
MHF
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