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¿Fue vendida la playa más pequeña de Jalisco?

Una vez más, los paraísos naturales de Jalisco, fueron cedidos a manos de particulares, por dinero, para la explotación y aprovechamiento turístico; se trata de Colomitos, una de las playas más pequeñas, bonitas y paradisíacas del estado, ubicada al sur de Puerto Vallarta, en el municipio de Cabo Corrientes.

Fue en Semana Santa cuando turistas a través de redes como Tiktok e Instagram, evidenciaron que en plena playa se había construido un restaurante que había acaparado la zona de rocas donde de manera natural caía una cascada; la playa entera con mesas y camastros; así como la zona cercana al mar con bolsas de basura.

 
 
 
 
 
 
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Barato como en la huerta

Tras una investigación de más de un mes, entrevistas con autoridades, peticiones de transparencia a municipios y autoridades federales, este medio de comunicación accedió a dos contratos de compraventa de un total de 18 solares ubicados en las laderas Boca de Tomatlán 301 y Ladera las Ánimas 302, en Colomitos, en los que también se cedía el uso de la Zona Federal Marítima Terrestre.

Dichos contratos fueron entregados al ayuntamiento de Cabo Corrientes en la administración del 2018 al 2021, donde por tiempo indefinido se otorgó una licencia a una mujer de apellido Siller para la operación de un restaurante bar.

Para otorgar dicha licencia, que tuvo un costo anual de 7 mil 883 pesos, los interesados entregaron dos contratos de compraventa, uno escrito a mano y otro a máquina, en los que firmaban los miembros del Ejido Boca de Tomatlán-Mismaloya, perteneciente al municipio de Puerto Vallarta.

En dichos contratos, a los que tuvimos acceso, se evidenció que desde el 7 de junio del 2020, el ejido vendió 18 solares de Colomitos a un precio de 24 millones de pesos, con un enganche de 6 millones y el resto a tres pagos de también 6 millones; el beneficiario es un hombre también de apellido Siller.

En dicho contrato se especifica además, que las propiedades incluyen la Zona Federal Marítima Terrestre que tengan frente a los solares, 3, 4, 5, 6 y 7, y que posterior a la firma, ningún ejidatario puede reclamar algún derecho de la propiedad.

Colomitos, un paraíso con fragilidad ambiental

Según lo informado por la dirección de Planeación y Desarrollo Urbano del municipio de Cabo Corrientes, Colomitos y los terrenos que fueron vendidos, están ubicados en zonas que contemplan un uso de suelo predominante para la conservación, con fragilidad ambiental muy alta y sujeta a regulación ecológica.

Detallaron que la explotación de esas zonas podría tener impactos ambientales potenciales como: Pérdida y fragmentación de selva; pérdida de corredores de vegetación natural y contaminación de cuerpos de agua por agroquímicos, a pesar de esto el ayuntamiento renovó la licencia de operación del establecimiento  “Paradise Bar”.

Con la justificación de que las licencias iniciales se habían otorgado en administraciones pasadas y que el lugar tenía permisos de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, (SEMARNAT).

Una licencia que estaba hasta hace unos días usándose de manera irregular, ¿Por qué?

Porque dicha licencia, estaba a nombre de otra persona, no había sido otorgada a Paradise Bar y porque contempla solo el uso de cierto espacio de playa con una mínima cantidad de camastros.

¿La PROFEPA y La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales cedieron a la presión?

A pesar de que debido a la presión social y mediática que ha tenido el tema Colomitos a nivel local y a que la PROFEPA clausuró el sitio a inicios de semana, la realidad es que según los documentos a los que tuvimos acceso mediante peticiones de transparencia, la SEMARNAT, brindó una concesión de esa zona desde el 2013, con un plazo de 15 años de aprovechamiento. 

La concesión fue otorgada en el 2013 a favor de un hombre de apellido Paulsen Quintana, por una superficie de 301.17 metros cuadrados en Playa Colomitos; dicho trámite se realizó en una notaría de Puerto Vallarta y es para el uso y aprovechamiento de la Zona Federal Marítimo Terrestre, para un Club de Playa en el que solo se podían instalar seis camastros, dos mesas con sillas y tres sombrillas desmontables.

Fue justo en esas precisiones, en las que el lugar incurre en un uso erróneo de la concesión, pues dichos permisos no se pueden ceder, ni rentar, y el lugar era operado según los permisos locales, por otra persona.

También se excedía el número de camastros y sombrillas y sobre todo, el permiso no estaba a nombre del establecimiento Paradise Bar, pues había sido concedido para un club de playa.

Las preguntas aquí son: ¿Cuánto durará dicha clausura?, ¿Cuánto costará el negocio vs la importancia ambiental del lugar?

Todos sabemos que gran parte de la zona sur de Puerto Vallarta y  de la Costalegre de Jalisco, siempre ha destacado por sus paradisíacas playas, por su flora y su fauna y sus recursos naturales; no obstante cada día, estos lugares naturales y vírgenes son más amenazados por la ambición humana, por la necesidad de figurar a nivel mundial como los destinos turísticos más importantes y relevantes, sin pensar en la planeación y las afectaciones que se causan a la naturaleza.

Y a pesar de que Colomitos es tan conocido por su invaluable belleza e importancia para los locales, es sólo la punta del iceberg de todo el saqueo inmobiliario y turístico que se realiza  en Jalisco, y el claro ejemplo de que todo tiene un precio sin importar el costo natural, ambiental y social que se pueda tener.

 

Con información de Vive Puerto Vallarta