martes, 30 de abril del 202430 de abr del 2024

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Sin freno, venta de medicamentos irregulares en El Santuario

Las hay de todos tamaños, surtido y apariencia; mostradores escuetos, con apenas algunos medicamentos y la gran mayoría con productos de higiene personal. Ése es solo el antifaz con el que encubren un negocio ilícito que, a todas luces y en la cara de la misma autoridad, se realiza desde hace varios años y pese a varios operativos que han servido de muy poco.

Son las farmacias simuladas que se ubican en el barrio del Santuario de Guadalupe, un lugar tradicional por la venta de comida típica de Jalisco, cuyos negocios apenas si sobreviven, pues las casas y locales se han destinado como pequeñas farmacias y bodegas que comercializan medicamentos irregulares, desde aquellos que son de dudosa procedencia, hasta aquellos que, por su precio, se presume podrían ser apócrifos.

La venta de medicina en la zona del Santuario, en Guadalajara, sigue sin control. Aun cuando ha habido operativos para frenar este negocio ilícito y que dicho sea de paso, pone en riesgo la salud de las personas, nada ha dado resultados. La autoridad se venció ante un monopolio que parece operar en la zona; el último operativo que consistió únicamente en la clausura de farmacias por operar bajo alguna irregularidad, ocurrió en 2020; no se ha vuelto a hacer nada al respecto por parte de la Comisión para la Protección Contra Riesgos Sanitarios del Estado de Jalisco, mejor conocida por sus siglas como la Coprisjal.

Por calles como Juan Álvarez, Pedro Loza, Santa Mónica u Hospital abundan hombres y mujeres que permanecen en total impunidad, ofreciendo medicinas a bajo costo, abordando ya sea a posibles clientes a pie o en auto. El ejercicio consiste en pedir una medicina; el vendedor la pide vía telefónica a una de las farmacias o bodegas que se ubican en la zona, ya sea abiertas al público o bien, cerradas con acceso único para sus trabajadores. Todos se conocen, todos se apoyan y el medicamento, es llevado hasta el auto.

El gran éxito de este negocio es justamente el bajo precio; en un ejercicio periodístico, este medio acudió para pedir precios de medicamentos controlados o antibióticos que en una farmacia formal, requerirían receta médica para su venta; ahí se venden sin la menor restricción, con precios que van hasta 600 pesos debajo de lo que se encuentran en el mercado formal, pero, tómelo en cuenta, con la advertencia de no saber la procedencia de los mismos, ni su efectividad o posibles riesgos a la salud.

Así permanece esta zona, con total impunidad y sin la menor intención de las autoridades municipales, estatales y federales, de poner fin al mercado negro de las medicinas apócrifas, un negocio a luz de todos, incluso de las mismas autoridades.

AM

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