martes, 19 de marzo del 202419 de mar del 2024

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Rumbo al 8M | Gladys Pérez

¿Se han preguntado por qué los temas relativos a la agenda feminista se prestan tanto a la confrontación y a la polémica? El debate suele concentrarse en si las personas están “a favor” o “en contra” de ciertos asuntos, como estar a favor o en contra del aborto, estar a favor o en contra de la pinta de monumentos en las marchas o estar a favor o en contra de ciertos derechos y no, la realidad es que la agenda de las mujeres no debería reducirse a eso, a percepciones, a opiniones o a posturas a favor o en contra.

Angela Davis, una filósofa y activista estadounidense, decía que “el feminismo es la idea radical que sostiene que las mujeres somos personas”, esa es la esencia del feminismo y ¿por qué en pleno siglo XXI alguien se opondría a tratar a las mujeres como iguales? Sin embargo, la realidad ya la conocemos, sabemos que el terreno no está parejo, prevalecen problemas sociales como la brecha salarial entre hombres y mujeres o la discriminación laboral. También hay muchas mujeres que son víctimas de violencia, maltrato o acoso y no porque algunas personas hayan tenido una vida más cómoda, segura o privilegiada, quiere decir que el camino sea igual para el resto.

A lo largo de la historia muchas mujeres han luchado y se han esforzado porque hoy podamos votar, porque hoy podamos tener una cuenta bancaria, porque hoy tengamos libertad de expresión y muchos otros derechos.

Ahora nos toca a todas seguir en el camino de la concientización, de la reflexión, de la búsqueda de igualdad y de un mundo más seguro y libre para todas.

Porque podemos no estar de acuerdo en todo, pero eso no es un impedimento para que nos solidaricemos y tengamos empatía con otras mujeres. Rumbo al 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, hay mucho que reflexionar y hay mucho que dialogar, pero lo más importante es que entendamos que ese día no es para confrontarse, es para escuchar con respeto y tolerancia a las millones de mujeres que hablarán desde su historia, desde su condición y desde su dolor. Sin duda algo valioso nos llevaremos si entendemos que no hay verdades absolutas, aprendamos a escuchar con empatía.

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