Ruta 24 se aferra al mal servicio
Uno de los reclamos generalizados de los jaliscienses es tener un transporte público digno, por lo que se ha trabajado desde administraciones pasadas en modernizar y reordenar el transporte público, sin embargo, hay rutas que se aferran al pasado y se niegan a ser parte de esta reingeniería.
La ruta 24 cobra 9 pesos gracias a amparos, no obstante, según denuncias que nos han llegado a nuestras redes sociales, se trata de una de las peores, ya que tiene unidades viejas, en pésimo estado, por lo que los usuarios consideran totalmente injusto que este derrotero tenga un costo por pasaje al que solo han accedido rutas que han migrado al modelo Ruta-Empresa.
Algunos de los señalamientos hechos por los usuarios son que los camiones tienen llantas lisas o con abolladuras, asientos rotos, unidades sucias, falta de equipo de seguridad, áreas para personas con discapacidad sin ninguna medida de seguridad y hasta volantes desbaratándose.
El titular de esta ruta, Enrique Galván Vargas, lleva sexenios moviéndose entre ramas legales para seguir operando pese a no contar con camiones inseguros para los usuarios, incluso cobrando una tarifa que por el servicio que ofrecen, los usuarios sienten que es un timo.
Autoridades estatales han lamentado en repetidas ocasiones que este empresario se ha negado a entrar al nuevo esquema de Ruta-Empresa, pese a que cobra como tal y ofrece un servicio muy inferior, según lo que refieren usuarios. Estos son algunos de los testimonios recabados en nuestras redes sociales:
“Horrible la Ruta 24 prefiero tomar dos rutas diferentes que subirme en ellas, ojala puedan hacer algo las autoridades”, otro comentario señalaba que “la ruta 24 de lo peor y sus choferes raro el que es amable , manejan como si lo que traen fuera animales”, uno más denunció que “los camiones de la Ruta 24, el 99 por ciento se están desbaratando, traen asientos que ni sirven, llenos, a veces no dan parada y todavía pagamos 9.50”.
Incluso una de las quejas más recurrentes es la frecuencia de paso, según nos denuncian esta ruta tiene más de una semana sin pasar, o solo hacerlo con un par de unidades, aunque cuando pasaba con más frecuencia tenía retrasos de horas.
Pese a todas estas quejas, el transportista Enrique Galván, se niega a sumarse a los nuevos esquemas o mejorar las condiciones de sus unidades ya que advirtió que no se sumará al sistema de prepago y anticipa que de ser necesario creará su propia empresa para realizar el pago electrónico.
Este transportista ha estado en el ojo del huracán debido a que de forma sistemática ha buscado resquicios en las leyes para buscar seguir operando pese a no tener un servicio de calidad. Algunos de los recursos legales se remontan a 2012 cuando por medio del Tribunal Administrativo del Estado (TAE), logró adjudicarse concesiones de 12 años.
Este tipo de acciones siguen ocurriendo hasta la actualidad ya que este mismo año logró que le regresaran cinco unidades que la Secretaría de Transportes tenía retenidas por presentar anomalías, aunque nunca las recogió.
La ruta 24 es sinónimo de pésimo servicio, corrupción y la renuencia de un empresario a modernizarse por el bien de los usuarios, pese a que muchos de ellos han decidido dejar de usar este derrotero, por considerarlo inseguro.