El Peligro del movimiento Antivacunas | Georgina García
Desde 1998, gracias a un estudio publicado en la revista The Lancet, empezó en Europa y en el mundo la desconfianza por las vacunas, ya que se vinculaba la vacuna triple viral con el autismo.
A partir de entonces inició un movimiento antivacunas, encabezado por padres alrededor del mundo quienes además de oponerse a ellas, convencían a más gente de no vacunar a sus hijos.
Como consecuencia, enfermedades como rubeola o sarampión, que ya estaban siendo erradicadas, regresaron con más fuerza.
La vacunación en infantes menores de 5 años es una de las intervenciones más eficaces y efectivas en relación a su costo que existen para reducir la mortalidad infantil en el mundo.
Se evitan aproximadamente 2.5 millones de muertes al año, gracias al cumplimiento de un esquema básico de vacunación en niños y niñas desde su nacimiento.
Desde hace 30 años se maneja un esquema de vacunación que previene, protege e incluso ha logrado erradicar enfermedades.
El movimiento antivacunas tomó gran fuerza en Estados Unidos y se ha propagado lentamente hacia México.
Entre 1994 y 1996 en las escuelas de homeopatía de nuestro país, académicos a favor de la no vacunación desanimaban a los alumnos, intentando demeritar la vacunación en cualquier momento de la vida humana, interviniendo también en campañas de vacunación.
Sin embargo, y como lo mencioné al principio, este movimiento tomó mucha más fuerza en 1998, gracias a un artículo que asociaba directamente el autismo con la vacuna triple viral.
A pesar de que este artículo fue desmentido años después, los daños han sido irreparables. Sin irnos muy lejos, en la Ciudad de México hace unos meses se dio un brote de sarampión, enfermedad que ya había sido erradicada desde hace años en nuestro país.
México es reconocido mundialmente por su programa de Vacunación Universal, el cual es público, gratuito y es uno de los más completos en el mundo.
Y en mi particular opinión, como madre de tres hijos, nunca ha estado en discusión el tema de las vacunas, tal vez porque desde que nacen han recibido atención pediátrica mensual y el doctor se ha encargado de darme las razones por las cuales mis hijos deben estar protegidos y porque me he dado a la tarea de investigar acerca del autismo y del Asperger, que recientemente se ha detectado con mayor frecuencia en niños.
Si bien no podemos garantizar la vida o salud de nuestros hijos, sí podemos usar todas las herramientas que estén a nuestro alcance para tratar de ofrecerles las armas para defenderse contra enfermedades, que pudieran mermar su calidad de vida o en casos más tristes, ocasionarles la muerte.
Esta tendencia de las antivacunas regresa con más fuerza y comienza a invadir las redes sociales. Mi consejo es, no creas todo lo que ves en internet, reflexiona e investiga de forma crítica, en tus manos tienes el futuro de tus hijos.
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